Tanto el ministro Sr. Wert, como el Consejero Marín están convirtiendo la Educación en una mera actividad mercantil y juegan con el concepto “calidad educativa” sin mostrar pudor ni conocimiento hacia el mismo.
A diferencia de lo que opina el Sr. Consejero, la elevación de la ratio profesor/alumno sí influye decisivamente en la calidad educativa y no es una medida razonable con el actual sistema Educativo Español de Enseñanza Secundaria ya que éste no se estructura a partir de diversas opciones o vías alternativas que desde 1º ó 2º de ESO faciliten la composición de aulas homogéneas, sino que es un sistema en el que la atención a la diversidad se establece como principio fundamental que debe regir toda la enseñanza básica (Ley Orgánica de Educación).
En estas condiciones de alta diversidad del alumnado en el aula, el incremento de alumnos implica aumento de heterogeneidad, de complejidad y, por tanto, deterioro de la calidad.
Por otra parte, la evaluación del alumnado por competencias y no por contenidos, objetivo requerido por las distintas administraciones educativas en los últimos años, implica que el profesor debe valorar a cada alumno en función de nueve capacidades distintas que se desglosan a su vez en varios indicadores, algo que ya es complicado con un número “razonable” de alumnos en el aula pero que se volverá muy difícil si este número se incrementa en un 20%.
A lo anterior debe sumarse la creciente desmotivación del alumnado de nuestra Comunidad, con un fracaso educativo del 36%, y los problemas de convivencia, ya endémicos en nuestro sistema, que se incrementarán al contar con un mayor número de alumnos en el aula y dificultará aún más la labor del profesor.
Por último, el aumento de horas lectivas (de docencia directa) no hace sino empeorar las cosas al incrementar la fatiga de los docentes y restar tiempo para la preparación adecuada de actividades y evaluación del alumnado.
En consecuencia estas medidas son inadecuadas, restan calidad a la Educación, e invitamos al Consejero a que deje de lanzar cortinas de humo para ocultar la realidad en la que nos movemos. Por otra parte, lamenta que los recortes no se dirijan a la eliminación de la materia de Religión, que en un Estado laico como el nuestro es improcedente y supone un sobrecoste añadido, así como los guiños realizados a los centros Privados a los cuales en anteriores declaraciones el Sr. Marín ha prometido incrementar su dotación.
Los recortes en Educación e Investigación son inapropiados en épocas de crisis porque frenan y limitan la recuperación y estos debieran dirigirse a la supresión de órganos duplicados y a la simplificación de nuestra Administración.